¿Tamarindo o Tarambarindo?

AH! KAKAKAKKAKAKAKAKAKAKKAKA, WROM,WROM. MIL Y PICO DE VISITANTES!!! A ese millar de vagos sinvergüenzas que pierden el tiempo siguiendo esta maravillosa huevada les digo, Gracias.

Feliz encuentro seguidores de este fantástico blog en esta radiante mañana nicaragüense. Quisiera saludar a todas las madres en su día y recuerden que como yo no tengo (soy un cajcajo) con todas las de ustedes me entretengo kekekekek.

Bueno, la última publicación fue bastante dramá-tica y la que más visitas cosechó, por lo tanto estamos analizando con Pino (mi fitito jefe de prensa) dar un giro temático al blog. Ya veremos.

Pero no los voy a involucrar con temas personales, les voy a contar lo que aconteció estos últimos días. Llegué a Tamarindo reventado y con ruidos por todos lados. Los tarambanas pararon en un hotel repleto de argentinos, en su mayoría marplatenses hinchas de Alvarado, yo que soy de Aldosivi me hice el rulemanudo a ver si todavía me pinchaban las gomas estos salvajes. Pero más allá de eso son buenos chicos salvo uno flaco alto con cara de salame. Con ellos vieron la agónica clasificación del seleccionado nacional y después me vinieron a ver a mi. Ah, me sentí fenomenal y les voy a explicar por qué. Uno de ellos, es técnico mecánico y este querido amigo, con la ayuda de toda su banda, hizo el trabajo que no pudieron hacer 10 manosantas que fuimos visitando a lo largo de estos quince mil kilometros. Con cuatro llaves, una bujía vieja, y 20 cm de alambre dejó el motor en cuatro cilindros nuevamente, ¿no les suena argentino eso? ¿es normal también?

Asique con el objetivo de festejar el arreglo y el triunfo se morfaron un vacio, chuparon cerveza, vino y fernet y aclaro que estos agarrados no me dieron ni una latita de Molikote. Dios mio, son terribles y encima pegaron onda con los otros. La verdad ya me tenían podrido porque una cosa son dos y otra muy distinta es si son ocho tarambanas! Me suicido, me tiro azucar en el tanque de nafta! Menos mal que rajamos! Dios me libre de Tarambarindo!