No sos vos soy yo...

En algún momento tenía que suceder. Me dio fiaca, no arranqué y se asustaron los dos perejiles. Bueno, no fue mucho tiempo, después de un sustito todo volvió a la normalidad. EL otro paparulo cambió algunas piezas y la cosas van mejor. Se lo ve contento porque el combustible es barato aqui donde estamos (mirá como se fija en los gastos, un ratón).
Hemos llegado a Venezuela un país donde a los chicos se los ve bien contentos, la gente sorprendida no para de saludarme en la ruta por la procedencia de mi patente, es gente muy amable y alegre. Yo siempre voy con la banderita argentina flameando al viento. El tarambana dice que hay que jugar de local en todas partes, pero se le va la mano, lugar que paramos pregunta si hay cerveza de litro o asado de tira, es un papanatas! Además no da para hacerse mucho el loco aca. Este es un país que cuando entré me dio un poco de immpresión, no es que sea cobarde pero los autos no miden menos de 6 metros. Para que se entienda, es como Gulliver pero al revés.
Dicen que son autos que vienen de los Estados Unidos, ustedes no saben las caras de malos que tienen. Dan miedo, pero no son malos. Yo hablé con uno de ellos y me contó que Estados Unidos es un país donde se compra mucho, pero se tira mucho también, asi que el fin de los viejitos como nosotros es siempre lejos de su tierra. Pobres gringos! Allá ser viejo es ser caduco, allá ser viejo es un problema.