Adios muchachos compañeros de mi vida...

¡Muchachos queridos! Amantes y seguidores de este fabuloso semanario. Agradezco todos sus mensajitos y muestras de afecto, sin duda me llenan de alegría y me hacen subir la presión de aceite. Aquí estoy, se fueron los perejiles, me dejaron y ahora estoy más tranquilo. Este es el puerto de CONTECAR,  estoy en un parqueadero lleno de autos que han llegado a Colombia, todos Renault como yo; los Logan argentinos y las Scenic brasileras. Los criollos no me dan mucha  pelota, es que son medio cajetillas, les quise hablar un cachito y me dijeron que me callara porque era un viejo mersa y cascarrabias. En cambio las brasileras... otro capítulo, porque estos chiquilinas no saben lo que es el encanto de un "cajcajo elegante sin inyección".

Asique le dije a una de ellas (Arlete Dosantos Souza) "Menina de Ipanema, sabés que crucé cinco paises para ver a vocé?" Por supuesto, estos jóvenes argentinos, que tienen menos calle que Venecia, se encabronaron bastante, es que mucha pinta pero flojos de labia, no se levantan ni a un autito chocador.

Bien, Arlete, la que más me miraba me preguntó por la travesía y el kilometraje que tenía, le dije que tenía muchos pero bien vividos (no voy a andar revelando)  ahi mismo le cité al Carlitos Gardel (que era francés como yo pero dicen que  le gustaba que le revisaran el baul, yo no lo creo) con "el día  que me quieras". ¿Quieren que les diga? Se le empañaron los vidrios. Se le caía el aceite de la caja a la garota. En tanto las otras brasuquitas ya  me miraban por el rabillo del faro. Con todas no voy a poder estos ratones me dejaron con poquita nasta para que no se la afanen los marineros panameños. 

Asique por primera vez los perejiles me sirvieron de algo porque con tanto viajecito uno tiene para hablar che! Que le iba a contar sino? Que iba a Camet a comprar queso de cabra artesanal?

Ahora el sol está cayendo sobre el mar Caribe, el barco no llegó aún, la menina me tiene loco y ellos no están y no sé adonde van, por primera vez estamos separados. Quieren que les confiese algo: me siento solo, los extraño. Espero que me lean y sino ustedes que son mis amigos y que siempre están conmigo, escribanme. ¡Los quiero a todos, nos vemos en Panamá!